La natación es accesible a minusvalías de todo tipo, incluidas las más graves.
En competición, las distancias son variables, en función de la importancia de la discapacidad, desde los 50 metros en el caso de los tetrapléjicos hasta los 800 metros o más en el caso de los que sufren amputaciones. Los nadadores deben practicar los 4 estilos.
Fuente: Dr. Enrique Pérez de Ayala
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